Nos vamos despertando poco después de las 7h. Hacer turismo también quiere decir madrugar aunque, por ahora, el jet lag nos ayuda a estar más cansados por la noche y, por lo tanto, a despertarnos antes.
Nada más ponernos en pie no podemos abstenernos de mirar por la ventana, la vista es hipnótica. El paisaje de las cataratas del Niágara tiene mil formas diferentes, en estos momentos está iluminado por los, casi, primeros rayos de la mañana.
A las 8h ya estamos desayunando, café americano (o sea, del malo, malísimo), una especie de batido de cacao y variado internacional de buffet. Correcto. La camarera simpática de una edad bastante avanzada nos alecciona con paciencia sobre el agua que se proporciona por defecto, gratis (a diferencia de las embotelladas) y del grifo. También nos recuerda (estentóreamente mientras evacuábamos el comedor) que las propinas no están incluidas. Costumbre lugareña a la que nunca nos habituaremos.
En los viajes siempre ocurren momentos que por jocosos, dramáticos, simpáticos o algún otro sentimiento destacable quedan en nuestras memorias marcados para la eternidad (o casi). Hoy me tocó a mi, después de una conversación telefónica matinal con recepción, espeté "good night". La Noa que está al quite, se mofó bastante de mi una vez terminé la llamada. Poca cosa pero que quedará como una de las primeras anécdotas del viaje.
A las 9,15 llegamos al Niagara City Cruises, donde nos agolpamos los turistas y que, como dijo Mar, parecemos, en apariencia, a las sardinas en lata y a los borreguitos por nuestro comportamiento. A ésto, ayuda que todos nos cubrimos con el mismo impermeable. A pesar de lo que puedan incitar estos símiles animales, nos lo pasamos en grande, el espectáculo de estos inmensos caudales hídricos verticales presenciados desde la parte baja es sencillamente sensacional. El ruido estruendoso pero, sobre todo, el gran vapor de agua exhalado junto con las corrientes de aire, provoca el empapamiento de las pocas zonas desprotegidas de nuestros cuerpos.
Como sois muy buenos observadores, habréis captado que las cataratas están divididas en dos y separadas por una isla llamada Goat Island que además forma parte de la división de los dos países norteamericanos. La estadounidense es más rectilínea y pequeña y la canadiense, más grande y en forma de herradura. En esa isla se encuentra un monumento a Tesla, inventor serbioamericano. Actualmente la empresa Tesla está dirigida por el sudafricano mediático Elon Musk, la persona más rica del mundo.
Volvemos a tierra firme y paseamos por el margen canadiense. Valoramos que es mejor ubicación que la de EEUU para la contemplación de ambas cataratas. El tiempo y la temperatura actuales son excelentes, ni frío ni calor.
A la vuelta nos entretenemos por el bonito y cuidado parque adyacente, podemos ver un buena prole de Gansos (Branta canadensis) comunes por este país.
Nos topamos con una gran Papilio Machaon, Mariposa bastante ubicua.
Nos encontramos a "nuestra" primera Ardilla autòctona...
Dejamos las impresionantes cascadas para adentrarnos por el típico verde interior canadiense. Volvemos a pasar cerca de Toronto y seguimos hacia el oeste.
Este país parece EEUU en bastantes aspectos, la presencia de párquing de coches en cualquier establecimiento por pequeño que sea, los grandes camiones, la proliferación de rancheras (pick up), las grandes carreteras...
Nos sorprende ver banderas canadienses en infinidad de mástiles. Algunas enormes junto a la autopista...
Otras encaramadas en las ventanillas de algunos vehículos...
Durante buena parte del trayecto nos acompaña la lluvia pero a medida que nos acercamos a nuestro destino del día va amainando.
Nos paramos a comer en la Noble Cuisine en la población de Barrie, Restaurante japonés-thailandés bastante barato, que sirven rápido y con un menú extenso. Muy buena elección...
Durante el trayecto vemos que la mayoría de viviendas son construcciones de 2-3 pisos de grandes ventanales, exclusivamente hechas de madera sin verjas o protecciones de sus espacios exteriores.
Nos sorprende ver unas personas vendiendo sombreros de cowboy a pie de carretera.
Coincidimos con caravanas de caravanas que parece que se aproximan a algún evento...
Llegamos a Gravenhurst, población donde pernoctaremos. Más banderitas flanqueando la avenida de entrada...
Aquí hay mezcla de unidades internacionales con las britànicas, las distancias se miden en metros o km, pero el peso en onzas o libras. Lo de las libras siempre me hace recordar cuando, en mi infancia, mi madre me mandaba a por algunas viandas a las tiendas locales. Una libra, poco más de 400 gramos.
Llegamos a nuestro hospedaje, check in, dejamos nuestro equipaje en la habitación y nos disponemos a conocer los lugares cercanos. Primero un bañito en uno de los infinitos lagos cercanos, concretamente en la Gull (gaviota) beach, no sé porqué...
Después emprendemos un recorrido para descubrir unas sillas que marcan panorámicas interesante y que nos ayudan a conocer estos bonitos parajes...
Nuestro recorrido de hoy alcanza hasta la bonita población de Bala...
Toda esta zona está plagada de casas con embarcaderos ya que hay lagos por doquier.
Algunas casas de Bala con grandes patios no separados del exterior...
Dos sirenitas...
Algunos de los bellos lagos plagado de nenúfares...
Justo antes de retornar a Gravenhurst pasamos al lado de dos campos de beisbol, éste de un partido de infantiles...
Nuestro recorrido de hoy acaba en Shoppers Drug Store, un supermercado donde la poca comida que hay es ultraprocesada, mucha variedad de chuches, dulces, conservas y algunos congelados . Nos agenciamos material para sandwiches y barritas de pescado (además de algunos entretenimientos edulcorados) y regresamos al hotel. Bañito y deleite de la puesta del sol...
Fins demà!
Hola David, qué sorpresa más bonita encontrarme con vuestro mensaje, lo miraré más detenidamente y si se os acompañaré en vuestro viaje
El ruido del agua al caer tiene que ser increíble. Menuda sensación…