17 DE AGOSTO
Nos enfrentamos a tres jornadas de “tránsito” pero le extraeremos suco, ya lo veréis…
De Saguenay poco podemos decir ya que sólo la atravesamos.
Hasta Quebec nos espera una carretera que sube y baja surcando un espacio natural maravilloso repleto de grandes bosques, lagos como espejos, ríos de postal…
La zona más espectacular coincide con el parque nacional Jacques Cartier llegando a Quebec.
Por todas estas zonas que hemos visitado constatamos que tienen un fuerte arraigo francés, incluso en zonas turísticas todo está en este idioma. O también las pocas radios que podemos sintonizar.
Se nos cruza una ardilla de tierra adulta, gracias a la habilidad de Cris y la inexistencia de coches en el carril paralelo convierte el incidente en una anécdota sin daño animal o material que lamentar.
Vemos los primeros aerogeneradores. También hemos visto algunas placas solares, pero parece que no son muy frecuentes ni unos ni las otras.
Hay muchas motos de 3 ruedas. Supongo que son más estables para la frecuente nieve que hay durante una gran parte del año.
Hasta ahora no hemos pasado ningún peaje en ninguna carretera. En general están en buen estado pero Canadá es tan grande que hay grandes espacios sin ninguna infraestructura.
Paramos a comer poco antes de entrar a la gran urbe…
Montreal es la ciudad más poblada del Quebec y la segunda ciudad más grande del mundo donde se habla francés. Entramos por el puente Jacques Cartier…
Hacemos el “Check in” hotelero y nos disponemos a conocer esta “cité”. Durante nuestro recorrido hemos coincidido con infinidad de obras. Montreal también está llena de grúas, máquinas… Todas con estos “pequeños conos” señalizadas…
Poco a poco vamos conociendo esta ciudad que está configurada con muchas “Montreales”, todas con mucho ambiente y actividad cultural, gastronómica, deportiva (corriendo o en bici). Existe la versión clásica, la artística, la señorial, la de rascacielos… a veces por sectores, a veces mezcladas…
Palacio de Congresos de fachada colorida…
La catedral de la Notre Dame (no son muy originales con los nombres de los templos católicos).
Hotel de la Ville (ayuntamiento).
Y la concurrida y afrancesada plaza Jacques Cartier…
Si, el nombre de Jacques Cartier se repite más que el ajo. Este señor fue el “Cristóbal Colón” francés, vivió del 1491 al 1557 y le dio tiempo, entre otras cosas, a realizar tres viajes a América del Norte, explorar el río y el golfo de San Lorenzo, cartografiar todas estas zonas y a ser el que puso nombre a este gran país, Canadá. Un fiera…
Nos adentramos por el “viejo Montreal”…
La calle Sant Paul zona este con el Marche Monsegurs…
Nos dirigimos al viejo puerto. Montreal es el lugar de nacimiento y la sede del gran Cirque du Soleil. Un gran recinto de esta singular y exitosa compañía permanece en este puerto donde el próximo 20 de agosto se inaugurará un nuevo espectáculo, “Echo”. Nos quedamos con las ganas…
Las coloridas sillas de Muskoka son un buen sitio para el amor.
Y un buen elemento donde descansar unos minutos…
Una puerta lateral de Chinatown…
Una foto artística…
Vamos volviendo hacia el hotel y “saboreando” la ciudad.
Un detalle artístico entre edificios modernos
Un hombre araña al acecho en la peatonal Rue Sainte Catherine…
Esta calle es un eje de gran actividad comercial, gastronómica, artística…
Place de les Arts
La noche cae y las luces se van encendiendo…
Cenita en un restaurante de esta calle y volvemos al hotel donde nos damos un chapuzón en la piscina normal y en la calentita.
Conectamos un rato el aparato televisivo para conocer su parrilla. En temas de deportes se lleva la palma el béisbol, el fútbol americano, el hockey sobre hielo, el golf y el basquet (precisamente Canadá ganó ayer a España en el último minuto). Algunos anuncios de rancheras, de ventas de casas…
18 DE AGOSTO
Tomamos un buen café y unas ricas pastas en la Caffettiera de la rue Stanley y nos disponemos a visitar dos lugares pedientes de ayer. La Torre del Reloj. En esta foto también se ve la parte superior de la Biosphere (esfera metálica).
Y acabamos nuestro itinerario en el Mont Royal, una colina muy cerca del centro de Montreal. Dejamos el coche y emprendemos la excursión por unos verdes y densos caminos…
Pasamos por la esquelética Cruz…
Y empezamos a ver la panorámica, vertiente nordeste…
Y la vertiente Sur, la más imponente…
Mientras volvemos al Parquing, detectamos el estadio olímpico. Montreal fue sede de las olimpiadas del 1976. Las primeras que yo tengo constancia…
Mientras salimos de la ciudad, circulanos por calles con bonitas casas con su perfecto césped y cuidados y coloridos parterres en la mediana de la calle. Algún control de velocidad…
Un centro religioso católico. Por cierto no comenté que cerca de Saint Anne de Beaupre vimos una gran sinagoga y que, anteriormente, nos cruzamos con un carromato Amish guiado por dos jovenes. También algún templo hindú, centros ortodoxos… Aquí una iglesia católica…
Igual que hay mucha diversidad de religiones también hay una mezcla de razas importante, mucho asiático, africano… todo en una convivencia modélica.
Y nos dirigimos hacia Toronto, última parada antes del avión que nos llevará a Vancouver. Tenemos una jornada de coche, casi 6 horas más paradas…
He tenido algunos problemas para poner gasolina, entre mi escaso dominio de lenguas, los diferentes sistemas automatizados y algunos problemas técnicos… nada… minucias.
Todo el día estará lleno de nubes, algunas descargan otras no. Cada día llueve algo aunque sea poco.
Simple historia hasta Toronto ya que es autopista rectilínea de paisaje monótono (no por ello inexistente de belleza).
Entramos a la gran ciudad con su potente “skyline”.
Nos disponemos a realizar paradas técnicas en Toronto, una ciudad que ya visitamos en los albores de 2019, cuando volvíamos de Cuba. Crónica que podéis consultar en susodicho viaje.
Primero al centro neurálgico de Dundas Square (la Times Square de esta ciudad). La plaza está en pleno bullicio. Están ensayando para un concierto vespertino, gente de todo tipo y condición…
Seguimos callejeando orientándonos por el Google Maps y la famosa torre de comunicaciones desde la que se ve “torontoentero”.
Un transporte público muy frecuente en Toronto es el trolebús.
Mirar que lio de cables provoca este medio de transporte…
Atravesamos Chinatown con su caligrafía distintiva…
Y llegamos a Kensington Market, un barrio que se ha metamorfoseado en un barrio moderno, de ambiente joven y comercio de segunda mano.
Está lleno de grafitis con gracia y algún coche con tomateras…
El barrio céntrico (downtown) es un vasto espacio donde dominan los rascacielos pero todo el resto de ciudad lo configuran casas unifamiliares como éstas… lo cual provoca que sea una ciudad muy extensa y poco sostenible (ambientalmente hablando).
Y por última parada torontera, nos hacemos la foto en la fachada de la Casa Loma, un edificio con 98 habitaciones inspirado en Balmoral que mandó construir un magnate pero cuando hizo cuentas de cuánto le costaba el mantenimiento, la tuvo que vender al erario público. Rico pero tonto.
Un detalle ciclista: una calle que bajan coches y pueden subir (sólo) bicis. Un buen ejemplo que tendría que cundir…
Una tienda discreta…
Un bañito en la piscina “avid Hotel” sin mucha competencia…
Y a descansar…. ZZZ