En el Portree Raasay Hostel hay una recepcionista granollerina, Agnés, muy simpática y que nos ha facilitado que la estancia sea incluso, más llevadera.
Hoy 11 de agosto de 2017 hemos cogido el ferry de las 9,55h. Lo primero que hemos hecho es ver las vacas peludas, requerimiento previo e imprescindible de algunas componentes del grupo. Son como los Beatles en sus primeros momentos, flequillos largos, largos... aunque con una potente cornumenta.
Ha estado lloviendo toda la noche y a pesar que el terreno es muy esponjoso por la cantidad de materia orgánica acumulada en forma de turba, su capacidad de absorción ha quedado sobrepasada y hace que todo el terreno rezume el elemento básico para la vida pero que en cantidades excesivas (como pasa con casi todo como, por ejemplo, con el gobierno del PP actual) pueda provocar graves problemas. En nuestro caso implica que alguna persona de nuestra brigada vuelva al coche con los pinreles supermojados que junto con la temperatura exterior configuran una situación no muy agradable y poco subsanable ya que la ropa de recambio está en la isla de Raasay.
Como sigue lloviendo tenemos la brillante pero no original (ya que suele hacerlo la mayoría de visitantes cuando se dan estas condiciones meteorológicas) idea de visitar la destilería Talisker. Resultado: tenemos que visitarla más tarde, escogemos a las 16,15h. En esta primera incursión a la muestra de la principal manufactura de tierras escocesas comprobamos, a través de nuestras pituitarias, una fuerte sensación debido a los primeros procesos de la elaboración del whisky, cuando se machaca y humedece la malta.
Visitamos las Fairy Pools, algo así como "piscinas de las hadas". Comprobamos como el agua ha saturado toda la naturaleza haciendo que en cualquier pequeña depresión de terreno se produzcan torrentes, riachuelos, arroyos, charcos, humedales... además de dar exuberancia a los caudales de todos los ríos.
Vamos a Portree, población principal de la Isla de Skye. Un puerto pesquero con muchos servicios (para como es la isla), el tiempo sigue desapacible, comemos de take away.
Por toda la isla vemos una profusión de autostopistas, mochileros y aguerridos ciclistas. Se ha de tener mucha preparación y buen material para realizar ecoturismo en las condiciones que imperan por estas tierras.
Volvemos a la Destilería. La visita no está mal pero por el precio que cuesta, es perfectente evitable.
Volvemos a coger el ferry. Llegamos justo a las 17,35h cuando está a punto de subir la gran compuerta, a lo "película del agente 007" y mientras nos sonríe un tripulante al cual le hemos cogido cierta confianza. Lo celebramos por todo lo alto con artes danzarinas.
Vemos otro arco iris (fácil de ver gracias a la rápida alternancia de claros y oscuros en el horizonte).
Parece que hayan puesto el termostato fijo por estos países, la temperatura oscila alrededor de los 15 grados pero sin ascender o descender a penas. La sensación térmica solo cambia cuando hace viento o llueve.
Joan Pere, Yoli, Biel y Deivid vamos hasta el otro extremo de la isla que hace unos 18 km de largo por la única carretera (camino asfaltado y de dimensiones reducidas) que atraviesa la isla. Una visita muy interesante. En la ida no encontramos a nadie, nos da una sensación de paz y de soledad asilvestrada. Algún bosque, muchos carneros, alguna babosa y 2 ciervos!!!
En el extremo superior de la isla vemos una casa en una playa de grandes cantos rodados y los restos de un castillo de hace 6 siglos. Es lo más parecido a un paraje rubinsoncrusiano que hayamos experimentado.
Ana, Noa, Cris, Yoli y Biel han visionado gran parte de la saga fílmica de Harry Potter, hoy han acabado de ver la octava película donde parece ser que se dan el primer beso los protagonistas principales, o sea, que podrían haber hecho 8 pelis más...
No hay buen viaje sin entretenimientos lúdicos y distendidos como el "trinomios" o las cartas (el "pumba" resulta el más socorrido y gratificante).
Los adultos masculinos bebemos un Belhaven Best en el Bar donde concurren muchos pobladores de estas ínsulas muy mudados ya que parece ser que la persona de más edad de la isla Raasay ha sido enterrada hoy. Por lo animado de las conversaciones, el rápido consumo de la malta espumosa, la música y la camaradería omnipresente parece más el final de una boda...
Un último rato en la biblioteca (con la estufa encendida! No sólo aquí vimos está curiosidad estival, también pudimos observarlo en uno de los bares más animados de las calles de Liverpool un mediodía.
Demà serà un altre dia...