Nos levantamos pronto, a las 7h, ya que el trayecto será largo.
Una cosa diferente un poco escabrosa y habitual de Latinoamérica es que después de limpiarte donde la espalda deja de existir por su noble nombre y después de realizar el proceso terminal de la digestión, no debes depositar el papel alterado al water. Los sistemas de desagüe no estan bien dimensionados para absorver muchos impropios, de lo contrario, se podrían obturar.
Otro buen desayuno gracias a Elvira y Yordano que nos han resultado unos anfitriones excelentes y nos despedimos de ellos hasta el año que viene (el 2 de enero).
Emprendemos la primera ruta automovilista en un bólido clásico, sin cinturones, ruidoso y sin aire acondicionado. Un Ford (semiautomático!) con motor Perkins V8 de 1958 del cual originariamente sólo queda el exterior. Toda la mecánica se le ha ido sustituyendo por remiendos de otros vehículos no mucho más nuevos.
El vehículo gasta 1L de gasolina por cada 8 km (así lo calculan por estos lares) y el litro de combustible está un poco más barato que en España.
Nos llama la atencion la gran cantidad de personas que están esperando transporte en las aceras, algunos "cogiendo botella" (haciendo autostop) pero con uno o varios billetes en la mano! Es más fácil que te cojan si compartes gastos. A muchos les acompañan equipajes para poder volver con la familia por las fiestas navideñas.
Todo lo impregna un intenso olor de queroseno proviniente de los humeantes tubos de escape, el carro en el que vamos también colabora a ello.
Hay bastantes aspectos que nos recuerdan a Brasil, la vegetación, obicua y diversa, piedras y otros objetos pintados de blanco en las aceras, el tipo de vivienda, la estructura de los negocios domésticos...
Nuestro conductor se llama Julio, un cubano más bien introvertido pero, como todos, muy cordial. Tiene 53 años, y nunca ha salido de este país (como la mayoría de isleños).
Salimos enseguida de la Habana por una de las pocas autopistas, anchas, con poca señalización y sin peajes y como veis, con un intenso tráfico...
Hacemos 140 km por la autopista hasta desviarnos hacia Playa Larga. Todo el paisaje es de un verde recargado, muchas y diversas especies de las cuales desconozco, en gran parte, sus nombres.
También se pueden ver muchos y diferentes aprovechamientos agrícolas y ganaderos. Platanales, cañas de azúcar de la cual se extrae azúcar (qué curioso, verdad? Y de la cual se produce el ron, el biodiesel...), Cítricos, campos de regadío que no identifico, vacas, caballos, gallinas, corderos... todos los que son de grandes extensiones son del gobierno.
El conductor nos explica la expresión "Lo de papá (haciendo la señal de la barba) no se toca" y no se refiere a Papa Noel, si?
Vemos todo tipo de vehículos, muchos sidecares, muchos carros tirados por caballos o incluso por bueyes, bicicletas solas o bicitaxis.
Pasamos por Australia! Un pequeño pueblo cubano.
Entramos al Parque Nacional Ciénaga de Zapata, un gran zona virgen pantanosa.
Entramos al criadero de cocodrilos...
Visitamos Playa Larga, una zona turística veraniega. El problema es que es invierno y, según los nativos (no según nosotros) el agua está fría por lo que los kioskos están cerrados y las playas desérticas.
Paramos en la Cueva de los Peces. Un cenote muy profundo y con peces pero que no nos encandila. Por el contrario la playa que hay delante nos parece maravillosa, agua de temperatura ideal y de un azul puro y transparente, llena de peces de todo tipo, figuras y colores. Parece que formamos parte de una pecera...
Julio nos lleva al restaurante Girón Especial en Playa Girón; langosta, pescado, pollo, queso, frigoles con arroz... muy bueno.
Julio comparte mesa con nosotros. Nos explica algunas cosas (anteriormente el ruido de motor nos había impedido intimar). Nos explica que su mujer es poetisa. Se llama Marisa Vega y, entre otros, ha editado un libro en España "Un montón de espejos rotos" por la editorial Guantanamera gracias a la ayuda de Alexis Díaz Pimienta, otro escritor.
También nos confirma que se crían búfalos (eso nos había parecido ver colindante a un carretera).
Nos explica que si necesitas una rueda para el coche has de recurrir al estraperlo desde otros países pues no se venden en toda Cuba. A él la última (recientemente) le costó 180€.
Por el camino, nos cruzamos con vacas. Julio nos explica que quienes roban y hacen un asado con ella los pueden juzgar como si hubiesen matado a una persona.
Playa Larga y playa Girón circundan la Bahía de los Cochinos que fue uno de los escenarios míticos de La Revolución, donde un destacamento de expatriados organizados por la CIA intentaron derrocar al gobierno bisoño del pueblo.
Por el camino vemos un montón de soflamas: "Aquí venció La Revolución", "Hasta aquí llegaron los mercenarios"...
Me llama la atención los pocos semáforos que hay pero eso sí, con bombillas led, con los segundos que faltan en tamaño XL e instalados pasados el cruce, al estilo estadounidense.
Llegamos a Casa Zorzano de Cienfuegos. Nos recibe Rebeca y Ernesto. Este último ginecólogo de profesión.
Un poco de aire acondicionado como primer auxilio, una duchita y un paseíto por calles y avenidas porchadas hasta (como no?) la plaza José Martí.
Por la noche casi todo está cerrado, hay pocas luces pero sin causar, en ningun momento, sensación de inseguridad.
A medida que avanza la noche, un tropel de adolescentes se va apoderado de la calle, un ambiente agradable y vital.
Pasamos por delante del cabaret que está en la "cuadra" de al lado de nuestro hospedaje.
Suena música sabrosona unas cuantas horas que podemos observar y escuchar desde "nuestra" terraza.
Cansados desfilamos hasta el catre.
Na nit!