Desayunamos pronto (como todos los días) en el hotel Costa Verde de Manuel Antonio y salimos a las 8:10h. Nos esperan 4 horas hasta el siguiente alojamiento.
Empezamos el recorrido por la carretera Pacífica Fernández Oreamuno, más tarde la autopista Jose Maria Castro Madriz, después la carretera interamericana norte y acabaremos en la carretera de Monteverde.
Nada más salir vemos algunos campos anegados de arroz, cultivos locales que ahora están poblados por gran cantidad de aves de especies y formas diferentes.
También podemos contemplar plantaciones enormes de palmeras de donde se extrae aceite (aceite de palma), muy apreciado en la industria alimentaria pero que en algunos países asiáticos (no tanto en Costa Rica) están teniendo un gran impacto ambiental por la eliminación de hábitats naturales que provoca su cultivo.
Durante el trayecto podemos ver diferentes industrias, vendedores, tierras de cultivo, ganado... Costa Rica basa, actualmente su economía en el turismo pero tiene una fortaleza mayor que otros vecinos americanos respecto a la manofactura y exportación de diversos y apreciados productos agrícolas como la banana, el café, el cacao, el azúcar o la piña que, por cierto, ¡que buena está! dulce y suave.
Una de les frutas que frecuentan su venta en las cunetas de los viales és el mamón, un fruta de cubierta roja con filamentos blandos de apariencia similar al virus del COVID y con fruto interior de color blanco.
Durante el trayecto escuchamos diferentes radios locales, la mayoría estan abonadas a las baladas latinas, tanto de sus paisanos como las de otros latinos. A Cris y a mi nos hace rememorar tiempos pasados escuchar canciones o versiones de Julio Iglesias, Tino Casal, Marta Sánchez, Sergio Dalma, Alejandro Sanz, Roberto Carlos, Rocío Jurado, etc.
La bandera de este país está muy presente en muchos lugares y objetos. Creo que son un pueblo orgulloso de su estatus, de su progreso, su naturaleza, su riqueza, su gente, su tranquilidad... En algún caso el tamaño de la bandera es un poco desmesurado.
Pasamos por una bahía cerca de un puerto de gran tránsito de grandes barcos de mercancías.
Ya comentamos que no hay ejército. Tampoco se ve mucha policía patrullando por las calles. Es un país bastante seguro y tranquilo. Si que nos hemos cruzado con algún control de tránsito pero, por ahora, no nos han parado.
Al final del itinerario, la carretera va perdiendo su dignidad (algunos baches, puentes de un sólo carril, poca señalización...) al mismo tiempo que van ganando belleza sus entornos.
Cada vez nos cruzamos con menos coches, la carretera empieza a subir con pendientes fuertes, algunos tramos sin asfalto... pero nos encanta, es una tierra muy hermosa de un verde denso, omnipresente.
Los humanos no paramos de infligir daños en la naturaleza, a veces involuntarios o inconscientes. Uno de los daños que provocamos tienen su origen en los accidentes de tránsito. Por ejemplo, en Europa mueren más de 200 millones de mamíferos y aves en las carreteras. En Costa Rica podemos deducir que la cantidad de afectados debe ser considerable ya que son más abundantes que en otros países. Por desgracia y para muestra de ello nos encontramos una zarigüeya atropellada llegando a Monteverde.
Poco después se nos cruza una iguana que consigue esconderse entre las hierbas de la cuneta.
Llegamos a Monteverde. Con 105 km2 de prístino territorio virgen, el Bosque Nuboso Monteverde debe parte de su impresionante belleza a los colonos cuáqueros que llegaron de EEUU en la década de 1950 como protesta por la Guerra de Corea y difundieron los principios conservacionistas en la región. Es una misteriosa floresta envuelta en la niebla, llena de enredaderas cubiertas de musgo, helechos y blomeliáceas, atravesado por arroyos y rebosante de vida.
Uno de los atractivos turísticos de este parque son las largas tirolinas que atraviesan algunos de sus valles. Nos disponemos a practicarlas pero la intensa lluvia y, sobretodo, la aparatología eléctrica de la tormenta nos impide llevarla a cabo. Volvemos a reservar la actividad para el día siguiente.
Las tirolinas han proliferado por todo el país pero la original fue en este parque donde la niebla se arremolina entre la espesura de los bosques y se suceden escarpados valles.
A cambio, visitamos una catarata llamada Los Murciélagos. Resulta un paseo muy agradable. La lluvia ha amainado un poco y, además, dentro del bosque la vegetación impide que nos llegue gran parte de las gotas precipitadas.
Entendemos lo de bosque nuboso...
Decidimos volver al hotel que está a más de 2km pero la intensificación lluviosa nos disuade de la empresa. Tomamos unos chocolates con espesa espuma y malvaviscos incorporados en un bar cercano y pedimos un taxi. El conductor nos informa que en octubre y noviembre llueve mucho más (pues debe ser la hostia porque por ahora nos ha llovido todas las tardes) y que sólo hay dos estaciones, verano de diciembre a mayo e invierno de junio a noviembre.
Desde la habitación del hotel vemos como llueve toda la tarde.
Hasta ahora hemos tenido buenas temperaturas, en algún momento un poco de calor pero lejos de las temperaturas que estaba haciendo por Barcelona y resto de la península. Hoy hace fresquito, necesitamos una chaquetita. Dormiremos más a gusto.
A la siguiente mañana nos dan los buenos días un colorido Colibrí y un saltamontes hoja.
Para nuestro regocijo se van levantando las nubes...
Esto nos permite hacer las tirolinas. ¡Bien! Estamos preparados...
Son 9 tramos, el más largo de km y medio y se acaba en una especie de puenting.
Noa.
Cris.
Mar.
David.
Nos ha encantado. Hemos quemado adrenalina y disfrutado del paisaje.
Siguientes parada: Ostional, de la provincia de Guanacaste. Duración aproximada: 4 horas. Pasamos de 4 a 5 integrantes...
Todo el recorrido resulta de una belleza apabullante. Paisaje verde, fresco, nuboso, con constantes curvas y subidas y bajadas.
Hacemos una parada en la Cafeteria Horizonte, un hermoso y cuidado establecimiento donde nos sirven unos chocolates, un cortado, galletas de queso.
Está rodeada de muchas plantas con proliferación de flores. Un auténtico jardín de mariposas. Os dejo algunos ejemplos.
Durante todas las jornadas de carretera hemos ido viendo gran cantidad de escuelas activas como la siguiente donde los alumnos uniformados estan disfrutando del descanso. Todos son coloridos edificios de una sóla planta.
Todos los pueblos por los que pasamos son sencillos, con viviendas bajas, cables visibles, con la iglesia, su cementerio... frecuentes plataneros, ganado y parabólicas.
Todavía nos acompañan las nubes.
Pero poco a poco van quedando atrás, más bien, arriba.
Constantemente nos cruzamos ríos de diferentes caudales, algunos de ellos muy abundantes y, casi siempre, de un marrón casi rojo debido a los sedimentos que transporta, sobre todo de la tierra arrastrada y la materia orgánica que encuentra por el camino.
Llegando a nuestro destino encontramos este curioso arbol de raíces que caen...
Un camino de tierra cerca del hotel...
En el Hotel Luna Azul, nos acoge Rolf, un botánico suizo muy amable. El hotel es precioso. Cuidado, envuelto de naturaleza. Nos reciben unos monos aulladores comiendo frutas justo encima de nuestra habitación.
Vamos a la playa de Ostional, un pequeño pueblo la circunda. Comemos en un bar local un ceviche, una patitas de pollo, un arroz con frijoles. Esta playa está protegida porque es donde ponen los huevos las tortugas lora. Nosotros probaremos suerte... a ver si las vemos en la madrugada siguiente.
En la playa abundan restos de los huevos de las tortuguitas.
Vemos como un pájaro se come una gran araña.
Regresamos al Luna Azul. Por el camino, un rebañito de vacas lugareñas.
Un comité de buitres.
Desde el balcón de nuestra habitación seguimos la actividad de los monos aulladores y escuchamos sus graves y escandalosos aullidos. Proliferan una bellas arañas...
Un bañito en la piscina...
Unas cartas, un poco de relax, una cenita y a dormir que nos tenemos que levantar a las 4:30h para ver las tortugas. Crucemos los dedos...
Good night!