Tercera entrega islandesa
Nos espera una corta etapa de distancia por la costa sur islandesa pero llena de atractivos. A escasos minutos del hotel en que nos hospedamos realizamos la primera parada en el Lava Center, museo premiado por su contenido, pero también por su creatividad e interactividad. Sus exposiciones nos muestran el nacimiento y el crecimiento de Islandia como una de las islas volcánicas más activas y más grandes del mundo.
Nos da la bienvenida Jorge con una breve introducción en castellano, pasamos a ver un vídeo impactante con imágenes sensacionales de las últimas erupciones. La última todavía no ha parado.
Proseguimos hacia el sur para contemplar dos de las caídas de agua más bellas del país: la elegante Seljalandfoss, una cola de caballo con una altura de 60 metros.
Las cascadas llevan menos agua que en otras épocas del año porque gran parte del agua está helada.
Muy cerca se encuentra una cascada "menor" pero muy singular, el salto de agua Gljufrabui, escondido tras una resbaladiza grieta.
Y para acabar las visitas acuáticas de la jornada, a los pies del célebre volcán Eyjafjallajökull: Skogafoss, una cascada formada por una compacta cortina de agua entre un verde farallón en verano pero que ahora es de un blanco congelado. Esta bellísima caída de agua es lo primero que fascinó a Flokki Hrafnar (primer nórdico que navegó libremente hacia Islandia en el siglo IX).
Pocos kilómetros más adelante alcanzamos la costa que rodea la localidad de Vik, adornada por la playa de lava negra de Reynisfjara, célebre por sus formaciones basálticas, sus peligrosas olas ocultas que engullen (sobre todo) turistas chinos, su gran población de frailecillos estival (en esta época deben estar en tierras hispanas), por sus escenas en la serie Juegos de Tronos y la última mítica escena del Planeta de los Simios de 1968 en la que aparece medio enterrada la Estatua de la Libertad.
La visita ha sido dura ya que el viento puede haber llegado a 70 km por hora y hacía proyectar trozos de hielo que se convertían en perdigones. Visita rápida y nos dirigimos al alojamiento en Vik pero antes las ráfagas de viento hacen que el autocar casi se pare en algunos instantes y que la visibilidad se quede reducida a la mínima expresión. El camino se vuelve, literalmente, un infierno ventoso. Estamos comprobando en nuestras carnes, la adversidad de la climatología del país.
Comemos en el IceWear, único gran centro comercial con servicios del pueblo. Vik es un enclave conocido por su factoría de lana cuyos productos se pueden encontrar en este centro además de otros objetos turísticos.
Visito la playa blanca por la nieve y negra por la arena volcánica de Vik. En el sur de la isla se encuentran los mayores desiertos compuestos de este material que se puedan encontrar en todo el mundo.
Subimos hasta la superfotografia iglesia de Vik, austera en su ornato pero de bellas líneas.
Y hasta aquí el día de mi santo.
Fins demà!
Gracias por compartir y explicar tan bien estos viajes.
Y la ms fotos son geniales 👏👏👏