2 jornadas por la capital
Despedimos el año con un relajado paseo para descubrir los encantos de esta sencilla y cosmopolita ciudad con una atractiva oferta de edificios y espacios.
Nada más salir del hotel ya nos encontramos uno de los graffitis que le dan personalidad a la ciudad.
Hoy no es tan frío como los días que nos han precedido. La temperatura más alta no supera los 2oC aunque la sensación térmica es algo menor.
Una de las costumbres que nos sorprenden, muy común con gran parte del norte de Europa y regocijo para curiosos, es la ausencia de cortinas o persianas en las casas dejando ver sus interiores. Si que es verdad que en esta época no tienen que sufrir mucho por la luz solar que les entrará a primera (y segunda) hora de la mañana.
Llegamos enseguida a la casa que fue sede de la embajada francesa y de la reportada firma entre Reagan y Gorbachov para el armisticio de las armas de medio alcance pero que resultó sólo una puesta en escena de la que realmente sería la oficial.
Visitamos el pequeño faro amarillo próximo. Son de esta medida porqué los barcos ya vienen avisados por otros faros en islas más pequeñas que circundan la gran isla. Las montañas nevadas a todo su alrededor le dan un esplendor majestuoso.
Caminamos por el frente marítimo, un largo paseo ideal para los practicantes de footing como así comprobamos. El paseo incluye un carril bici por donde van patinetes eléctricos de empresas de alquiler y algunas bicis. todos ellos con neumáticos con tacos y que hacen un ruido más metálico que la rodadura exclusiva de caucho. El que lleve neumáticos sin tacos puede ser multado.
En el mar vemos un par de ánades que se zambullen frecuentemente para pescar algo de alimento. Hasta ahora hemos visto pocos pájaros, algunos córvidos y algunos Tordus y poco más. Es lógico, las aves simulan a los jubilados islandeses en esta época: se van a las costas españolas, entre otras.
Acabando el frente marítimo se encuentra la escultura Sun Voyager, bella escultura esquemática de una nave vikinga.
Al final del paseo, y ya muy cerca del núcleo neurálgico de Reykjavik, se ubica Harpa, imponente y concurrido centro cultural de arte y eventos.
Nos permiten entrar al interesante vestíbulo pero no podemos acceder a las plantas superiores ya que se necesitan pruebas de antígenos negativas hechas en las últimas 48 horas.
La siguiente poco honrosa visita la realizamos al museo de falos, un curioso repertorio de miembros viriles disecados de diferentes especies animales y alguna excentricidad más relacionada. Cualquier parada interior y calentita se agradece.
Me resulta interesante el macetero que vemos por la calle con especies crucíferas (y otras locales) resistentes al frío casi más propias de actividades agrícolas pero que aportan mucho colorido.
Llegamos a la plaza Austurvöllur donde se realizan las grandes concentraciones conmemorativas del país. En esta plaza están dos de los edificios más destacados: la catedral Domskirkja y el Parlamento danés de 1881 que en su momento fue un paripé para justificar la inexistente autonomía islandesa de Dinamarca.
Islandia se independizó en 1944, gracias a que se juntaron al "bando bueno" de la segunda guerra mundial mientras que Dinamarca se acercó más al bando germánico.
Islandia tiene 25 veces menos población que Catalunya y creo que hay tantas diferencias con Dinamarca que Catalunya con España, sólo es un parecer...
Actualmente la presidenta de este país es Katrín Jakobsdóttir presidenta del Movimiento de Izquierda-Los Verdes. Parece que no lo está haciendo nada mal... Otra envidia que añadir a la anterior.
Muy cerca nos topamos con un local que justo antes de la pandemia tenía que ser el restaurante "La Barceloneta", nos llama la atención la letra de la canción más famosa de Peret. Ojalá puedan abrir algún día...
Llegamos a uno de los rincones más bonitos de Reykjavik: el lago Tjornin, con la iglesia Frikirkjan i Reykjavik, el (feo) Ayuntamiento, los numerosos patos, gansos y los cisnes escandalosos que reclaman comida a los transeúntes sin parar.
Nos hace ilusión andar sobre el agua a semejanza de Jesucristo:
Hora de comer, nos agenciamos una buena hamburguesa (vegana en el caso de Noa) en el Brass de la calle Laugavegur.
Algunas fachadas grafiteadas... y una parte de la luz pública encendida! Vale que el día dura poco y es de poca intensidad solar pero podrían mejorar el temporizador...
Durante todo el día (y días anteriores) hemos podido escuchar diferentes artefactos pirotécnicos por toda la ciudad en parecida cadencia a cuando nosotros celebramos la festividad de Sant Joan. En algunas ocasiones podemos ver sus proyecciones aéreas coloridas entre los edificios de la ciudad.
Los fuegos artificiales más importantes se llevarán a cabo a las 12h de la noche para dar la bienvenida al año venidero y se alargaran durante un largo período de tiempo. Estos fuegos tienen como uno de los objetivos espantar a los gigantes que bajan de las montañas para aterrorizar a los humanos.
Por contra, se han anulado las hogueras clásicas que se hacían por las calles de toda la ciudad donde los islandeses “quemaban” las malas experiencias del año. Es una pena, era tal sólo una superstición pero daba ambientillo y calorcillo a las calles.
Las medidas restrictivas para contener contagios también han provocado la restricción de horarios en los restaurantes y bares que tendrán que chapar a las 22h. Por el contrario, nos sorprende que no se pidan certificados de vacunación para entrar en estos establecimientos.
Cenamos en la planta alta del Caruso, un poco apretados pero el sitio es lindo. La Noa come champiñones de primero y de segundo. Es un producto local y de excelente calidad.
Al año visitan Islandia más de 2 millones de personas, 7 veces su población. Y además se va incrementando continuamente esta cifra. Esto ha pillado a traspiés a los lugareños, su servicio en algunos casos es lento, tienen que recurrir a mano de obra exterior. Aquí prácticamente no hay paro gracias, precisamente, al turismo.
Todo esto se traduce en algunas situaciones como la que nos ha pasado al acabar la cena, el servicio ha sido muy lento, a las 22h nos han acabado de servir, justo cuando el restaurante por la normativa antes mencionada había de desalojar el local, un rubio camarero, después de un aviso sólo un par de minutos anterior, nos ha silbado igual que se les silvan a las cabras con modales justitos, eso ha provocado la indignación instantánea de algunos miembros de la tripulación, la reprimenda de su encargada y nuestra salida airada del local. Enseguida se nos pasa, somos un grupo que se toma todo muy pragmáticamente "lo que pasó, pasó..." como dice la canción.
Hace mucho frío en la calle. El subgrupo de los ocho que provienen de la agencia Atlantis Mara (los 6 restantes hemos contratado el viaje con Tarannà) ya se habían preparado, muy precavida e inteligentemente, para que la fiesta prevista en algún local local, valga la redundancia, se trasladara a la planta baja del hotel donde nos hospedamos. Así que nos vamos directos al Klettur. Por el camino se nos hacen las 23h que en España se transforman en las 24h, así que ante el estupor y la sonrisa de los viandantes externos, nos empezamos a abrazar y besar para felicitarnos el nuevo año. Genial. No os espantéis! Somos una burbuja desde el 27 de diciembre. Montamos una fiesta fantástica y espontánea y todo esto, a sabiendas que a las 24h lo volveremos a celebrar.
Dispuestos de aplicaciones musicales, altavoces, cava y otros líquidos refrescantes y estimulantes nos disponemos a hacer un fiestón en toda regla. ¡Qué suerte hemos tenido con este grupo de personas! Son divertidos, buenos compañeros, atentos, educados... unos "jóvenes" expertos en viajar y compartir. Nos lo pasamos en grande bailando "hasta los anuncios".
Nos vamos a dormir habiendo empezado el año de una forma encantadora y deseando que el 2022 nos traiga a todos mucha salud.
El sábado 1 de enero de 2022 nos levantamos tarde como casi todos los alojados en el hotel. Resultado: largas colas para recoger el desayuno y desabastecimiento de cruasanes. Por normativa COVID no podemos desayunar en el comedor pero esto provoca que se desayune en diferentes salas del hotel y el consiguiente esparcimiento de los residuos provocados. Absurdo.
A las 10,30h empezamos nuestra excursión por esta ciudad nórdica. Por consejo de Javi cogemos un taxi ya que para 4 personas el coste no resulta mucho mayor. Primera parada: Perlan, un moderno museo en una colina de la ciudad.
Nos ha gustado mucho, lo componen diferentes espacios que explican los cambios del entorno natural, las especies que lo habitan y sus condiciones vitales. Un museo con muchos recursos interesantes e innovadores, interactivo, fácil de interpretar y, al mismo tiempo, rico en explicaciones.
La primera sala que visitamos será el planetario donde se proyecta un corto sobre las auroras boreales con bellas imágenes reales. Aprendemos que también en otros planetas como Júpiter y Saturno ocurren la espectaculares luces norteñas.
Algunas especies representadas...
Otra de las salas destacadas es la cueva de hielo, que se encuentra a -15oC y te "sumerge" momentáneamente en un glaciar.
En la cúpula se obtienen muy buenas vistas de toda la zona metropolitana de la capital, lástima que el frío sea muy intenso. Hace -1oC pero la sensación térmica es de -10oC a causa del fuerte viento.
Por toda la ciudad vemos estatuas que te convidan a hacer pamplinadas... pero con gracia...
Nos dirigimos al jardín botánico de Laugardalur. No es fácil intentar ser un jardín botánico en el riguroso invierno de Reykiavik, muchas plantas están ausentes o protegidas. Imperan colores apagados.
El jardín tiene algunos lagos helados por los que podemos transitar e intentar no resbalar.
Alguna estatua más...
Visitamos Laugardalslaug, unas piscinas termales donde, entre otras actividades, entrenan los equipos de waterpolos locales. Nos encanta la instalación, hay un montón de piscinas exteriores a diferentes temperaturas desde 28 a 44oC y mucho cliente local, lo cual da autenticidad al lugar. No os podemos dejar ninguna foto ya que no está permitido...
Pedimos otro taxi, en esta ocasión nos recoge un Tesla con pantallazo, techo totalmente de vidrio, asideros ultramodernos... En este país la implantación del coche eléctrico está mucho más avanzada.
Hoy, por el día que es, mucho restaurante permanece cerrado. Comemos en el Hard Rock. Nos sirve un simpático chinito dicharachero que chapurrea el idioma hispánico.
Resulta curioso que hemos coincidido con muchas personas que conocen total o parcialmente el español, o bien porque son nativos de países hispánicos o bien porque veranean por nuestros lares.
Ya se empieza a hacer de noche, intentamos hacer shopping por la calle Laugavegur, la más comercial y céntrica, y, en parte, lo conseguimos pero en parte no ya que, para decepción de Noa, las librerías no abren el 1 de enero.
Estos días hemos aprovechado para ver alguna serie o película rodada en Islandia. Cada vez hay más. Los paisajes de por aquí son muy especiales, os paso una lista de algunos títulos aquí rodados: Juego de Tronos (un montón de escenarios), Vikingos, serie Trapped, seria "Katla", Cielo de Medianoche (con George Clooney), Tomb Raider, Panorama para matar y Muere otro día de James Bond, El Caballero Oscuro, Batman Begins, Thor: el mundo oscuro, Prometheus (la precuela de Alien)...
También ha sido el lugar escogido por la NASA estos últimos años para preparar la misión a Marte. Los científicos de la NASA están evaluando los sedimentos, glaciares, sistemas de ríos y otras características geográficas de ese país, que son parecidas a los ambientes de Marte.
Pues hasta aquí la crónica de estos dos días de dos años diferentes.
A dormir... ZZZZ
