Desayuno fabuloso a las 9h en un porche estilo colonial.
Volvemos a dar un paseo por la calle 37 (avenida del Prado) y la avenida 56 (San Fernando). Resulta que las arterias cubanas tienen dos nombres. Este detalle junto con su deficiente señalización confiere confusión y un estado continuo de deseo de interactuar con sus habitantes para saberte ubicar.
Hay un ambientazo. Mucha vida cotidiana y algunos turistas (no demasiados). Nos llama la atención la alta frecuencia de colas de personas en casi todos los establecimientos
Visitamos una Cadeca (casa de cambio) ya que en Cuba necesitas "cash" continuamente a causa que la utilización de tarjetas de crédito está altamente restringido.
Algunas compras en tiendas y mercadillos.
Visitamos de nuevo la plaza Mayor
Nos gusta esta ciudad. Está bien conservada y hay muy poca miseria y suciedad.
Nos recoge Junior a las 11h con su carro del 57, un Oldsmovile que, según sus palabras, pertenecía a los ricos en su tiempo. Ingeniero mecánico que hizo la carrera militar y donde era obligado aprender ruso ya que la mayoria de la maquinaria era rusa. Vamos 3 delante y 4 detras, o sea, un poco pegaítos. Eso sí, esta vez con música reggaetoniana.
Nos lleva por el paseo del Malecón con sus excelsas y bien conservadas construcciones de estilo español y algún detalle árabe.
Salimos de Cienfuegos hacia el interior. Alguna imagen del recorrido de verde intenso:
Durante todos los trayectos te puedes encontrar coches averidos en pleno intento reparatorio. No es de extrañar.
Llegamos al Nicho, paraje espectacular que configura la alta sierra surcada por un río con cascadas y remansos.
Una papelera hecha de material natural
La vegetación es parecida a una "casiselva", densa, de muchos estratos, muchas trepadoras, plantas que crecen en los troncos de los arboles... frecuentan los flamboyanos, los ailantos, los ricinos, los helechos...
Extasiados comemos en el Paladar Las Yaguas. Plato de fruta (goaiaba, papaya, carambola y plátano) de aperitivo, trucha de Hanabanilla, cordero, lomo adobado... todo "güenísimo".
Seguimos recorrido hasta el entronque de Cumabayagua y hacia Trinidad.
Pasamos por pueblos con nombres sugerentes como Codicia o Crucesitas.
Las puertas de los carros no son muy seguras. De hecho hemos tenido que parar un par de ocasiones para asegurar la puerta delantera. En alguna ocasión que cerré la puerta con excesivo ímpetu, me preguntaron: No tienes nevera? Alocución brasileña traducida de "te has pasao".
Vemos una culebra cadáver y un buitre carroñero devorándola en medio de la carretera.
Junior nos explica que las multas de conducción suelen ser de 6 o 8 puntos y cuando acumulas 36 puntos (proceso inverso al nuestro) te quitan el carnet por un mes pero si vas reincidiendo pueden quitártelo completamente y tendrías que volver a examinarte.
Nos reconoce (como también escuchamos de otras personas) que los cubanos son un poco machistas, por ejemplo, se ven muy pocas conductoras.
Todos los coches se identifican con T de turismo o P de particular, también con M de Ministerio y otras del gobierno.
Llegamos a Trinidad, Patrimonio de la humanidad. Una ciudad con centro histórico de calles empredadas con casas bajas de muchos colores y de la época colonial.
Nos paramos en un bar con una gran orquestra cubana con ritmos percutivos y ancestrales.
Damos un paseíto por el centro que lo tenemos al lado hasta la plaza Mayor donde se concentra gran cantidad de personas, en parte porque hay una de las escasísimas zonas con wifi. Para acceder a la red necesitas una tarjeta (2 CUC) que tiene usuario y password y puedes conectarte 1 hora, aunque la calidad no es muy buena. No està siendo fácil actualizar este blog...
Por último vamos a un café cercano a Casa Don José (donde dormimos) y nos reencontramos con Fidel, una persona a la que durante el recorrido de El Nicho le solicitamos y accedió muy amablemente a hacernos una foto de grupo mientras hacía de guía de dos rusos.
Hasta mañana!
