Lunes 28 de agosto. Nos despertamos en el Shawandha Ecolodge, un resort compuesto por cabañas en un entorno espectacular.
Dentro de la misma finca destaca un enorme árbol Ceiba de 70 metros de altura. Impresionante.
Hacemos la primera parada en el Jaguar Rescue Center. Hace 14 años, por estas playas, se conocieron dos biólogos, Encarnación (de Barcelona) y Sandro (italiano), algunos vecinos les empezaron a traer animales malheridos y vieron que eso podria ser su modus vivendi. Después de mucha pasión y dedicación han conseguido crear todo un referente para la educación ambiental, la recuperación de animales y la divulgación de la importancia de mantener los espacios naturales. Todo un ejemplo que, como vereis, nos impregnará y emocionará. Por desgracia Sandro murió hace unos años. Encarna y 100 personas más (el 70% son voluntarios) continúan este gran proyecto.
No reciben ningún apoyo por parte de las administraciones, ¡Increíble!, aunque sí reciben apoyos de particulares y también están en contacto con diferentes organismos para implantar medidas para la protección de especies. Por ejemplo, han conseguido que el 20% de los cableados eléctricos que instala el ministerio pertinente esté protegido para evitar electrocuciones, las cuales son muy frecuentes, sobre todo en monos que pueden confundirlos con lianas o ramas.
Durante el año 2021 entraron más de 800 ejemplares de los cuales pudieron recuperar la mitad aunque algunos de ellos no pueden volver a su hábitat porque no podrían sobrevivir mucho tiempo.
Su recurso básico para el proyecto son las visitas guiadas como la que nosotros estamos a punto de hacer. Antes de empezarla, en el estanque de la entrada, podemos ver distintas libélulas...
Las ranas de ojos rojos durmiendo en el envés de las hojas ya que son activas sólo de noche.
Y una puesta de estas mismas ranas donde nos podemos percatar de los embriones. ¡Hasta se les puede apreciar sus ojitos en formación!
El centro colabora con un proyecto de recuperación de guacamayos, muy concretamente con el guacamayo verde. En este habitáculo original se pueden resguardar de los ataques de los feroces tucanes.
En Costa Rica hay 150 especies de serpiente, de las cuales unas 25 son venenosas. En el centro hay diferentes ejemplares, muchas recuperadas de narcotraficantes u otras personas desaprensivas.
Seguimos con el tucán de pico arco iris, cayó del nido y sufrió daños neurológicos que la incapacitaron para volar. No nos podemos acercar ya que se puede poner nerviosa y arrancarse las plumas.
Por toda la finca hay un grupo de monos aulladores en libertad que acompañan nuestra visita. Andrei, el guía, nos comenta que sus aullidos se pueden escuchar a 8 km de distancia.
Pasamos a conocer a un par de monos araña. En esta especie, la hembra es dominante y sólo tienen 4 dedos ya que la evolución eliminó el pulgar para mejorar su balanceo por el bosque. Concretamente conocemos a Paco, un macho muy mayor y con muchas enfermedades. Lo encontraron atado de sus extremidades en el garage de un particular. Llevaba así 6 años. Lo descubrieron por una denuncia de violencia de género.
Y a Samsa, una graciosa hembra que no puede sobrevivir en libertad. Desde que Paco la conoce, ha sido un revulsivo para él. Cada mañana se abrazan y Paco ha vuelto a aprender a usar la cola, a moverse como un mono... Samsa es un espectáculo, muy payasa, cuantos más espectadores tiene, más saltos y caídas hace.
Andrei nos explica que unas de las monas, que felizmente pudieron liberar y vive en su hábitat, cuando volvía a tener nueva progenie, venía al centro a enseñarle el bebé a Encarna.
Todos los animales tienen múltiples amenazas, una de ellas es el comercio de animales, parece ser que el nuevo gobierno de derechas está impulsando una ley que lo volvería a permitir.
Por la finca también corren algunas guatusas.
Siguiente "parada": el venado de cola blanca. Muy amenazado por cazadores ya que los individuos de esta especie son muy confiables. Este ejemplar lo recuperaron cuando mataron a su madre. Llegó con el cordón umbilical. Desde entonces sólo se ha relacionado con humanos, lo cual lo convierte en un blanco muy fácil.
Siguientes animales: Guacamayos, el más colorido no es una especie en peligro de extinción pero es muy utilizado para caprichos de particulares. Del verde sólo existen 200 ejemplares. Muy pocos para la subsistencia de su especie.
Este ejemplar de ocelote tiene 14 años, es uno de los individuos más veteranos del JRC, se llama Diabolino y estuvo mucho tiempo en libertad pero esquilmaba la población de gallinas cercana y le traía las presas a Sandro. No puede vivir en libertad ya que tiene un comportamiento gatil, sociable. Los ocelotes son una de las 5 especies de felinos que viven en Costa Rica.
Este perezoso de dos uñas tiene retraso en su crecimiento. Los perezosos no están en peligro de extinción. En Costa Rica (y otros países) hay una población considerable. Es tan entrañable, nos tiene el corazón robado.
Un caiman de anteojos también proveniente de una banda criminal.
Por la finca vemos también la mariposa Morpho volando, pecaris (especie de jabalís), loros, etc.
Os dejo la web por si queréis conocer más aspectos de este gran proyecto: https://www.jaguarrescue.foundation/. Por cierto nunca tuvieron ningún jaguar (buena señal). El nombre viene porque los vecinos creyeron que Diabolino era uno de ellos.
Sólo nos enseñan el 30% de los ejemplares que tienen ahora. Del restante 70%, muchos no pueden socializar lo más mínimo ya que les hace ser muy vulnerables en su reintroducción.
Siguiente visita: Reserva Natural de Manzanillo, un espacio complejo, rico de biodiversidad y con fantásticas playas muy cerca de Panamá, otro paraíso de este país. Juzgad vosotros mismos...
Un carpintero en un tronco de palmera muy perforado...
Una langosta lila
Peces aguja...
También visitamos punta Uva, playas más alargadas y llenas de visitantes locales.
Por toda la zona imperan las arañas hilo de oro, grandes (unos 10cm entre extremos). Tiene un hilo durísimo, empleado en armillas antibala.
Una construcción típica de la zona
Comemos en una soda local. Volvemos al resort. Tarde tranquila.
Después de cenar doy un paseito por la finca. Encuentro la rana de ojos rojos del caribe, a diferencia de la del Pacífico, ésta tiene el lomo verde y el macho presenta mayor diformismo. Éste parece que está en éxtasis...
La cabaña tiene ventanas sin cristales. Eso provoca que nos sintamos como en medio de la selva. La cantidad y variedad de sonidos es inacabable. Los monos aulladores están muy activos, los frutos (mayoritariamente jocotes) caen continuamente, los anfibios, las aves... es todo un recital. Por un lado, molesta, por otro, nos proporciona un momento auténtico.
Desayunamos en el Hotel. Decidimos aprovechar la mañana en la playa próxima al resort: Playa Chiquita, sensacional todo, el camino por el bosque frondoso, la soledad en la que estamos, la temperatura del agua... Son momentos mágicos que no quieres dejar...
Un poco de piscina. Compartimos nuestras vivencias costarricenses con una familia de Madrid que también cogerá el mismo vuelo de regreso y emprendemos el camino al último hotel, nos esperan un 4 horas. En este país siempre son cálculos aproximados ya que hay muchos imprevistos que pueden retrasarlo.
Atravesamos Puerto Viejo, la capital de esta zona. Hoy podemos transitar bien. El día de llegada estaban de celebración y fue un poco caótico.
Las playas siguen siendo preciosas. En este caso de arena negra
Pasamos por Puerto Limón. No hemos transitado, a penas, por ciudades. Siempre son estresantes, con un poco más de suciedad y pobreza. Tránsito un poco caótico. Aquí uno de los pocos semáforos que hay y que no son muy respetados.
Es frecuente ver motoristas sin casco, 3 una moto, 2 en una bici...
Y mucho alumnado uniformado volviendo, en este caso, del instituto.
Hacemos el avituallamiento en una soda. Comemos superbien y muy barato. Y qué decir de este entorno...
Un bienteveo
Una garza azul
Unos patitos
Llegamos al hotel Granpass de Cartago de noche. Otra tarde de lluvia, ha llovido todos los días por las tardes.
En este país, entre que las carreteras tienen las dificultades que hemos ido explicando, que llueve mucho y que el sol se pone antes de las 18h resulta complicado aprovechar las tardes. Los comercios y restaurantes cierran muy pronto. Salimos a un centro comercial de Cartago a cenar y de paso vemos Cartago. Aquí tenéis la Basilica...
Desayuno y última excursión, visitaremos el volcan Irazú de más de 3.400 metros sobre el nivel del mar. Por suerte la carretera llega muy arriba. Paisaje espectacular con la sierra de Talamanca en el horizonte, Cartago cubriendo el fondo del valle con San José a lo lejos, los cultivos, los bosques...
Como veis, por la carretera pasa de todo... vacas, algún perro que parece un zorro (¿o es al revés?)
Entramos al Parque Nacional poco después de las 8h.
El crater principal
Un gorrión sabanero
Paseamos por los diferentes cráteres. Las nubes que suben no nos dejan ver ni el Pacífico ni el Caribe que se pueden ver en días despejados.
Regresamos al hotel y preparamos los equipajes. 90 minutos teóricos hasta la oficina para la devolución del auto en Río Segundo de Alajuela, al lado del aeropuerto.
Muchos vendedores en los atascos...
Los pocos edificios altos que hemos visto...
Y hasta aquí nuestro periplo centroamericano por un país rico de formas de vida y de paisajes. La flora omnipresente y la variada fauna que aparece en cualquier momento y lugar han convertido este viaje en un paseo por el edén. Hemos comprobado porqué Costa Rica es la cuna del ecoturismo y uno de los países más sostenibles del planeta. Aquí, hasta los billetes son hermosos.
Todo se puede resumir en dos palabras que aquí se utilizan para decir hola, adiós, animar, calificar... para todo: ¡PURA VIDA!
¡Ha sido una gozada compartirlo con vosotros!
¡Hasta la próxima!
Inolvidable viaje!! Gracuas David por compartirlo, ❤️👏
Impressionant el pais!! Quina diversitat d’animals! Gràcies David.