Liverpool

Dormimos en un barrio tranquilo aunque por las explicaciones de Jordi parece más el Bronx o San Cosme (cosa a la que posteriormente comprobaremos su veracidad). Compra en un súper paquistaní para agenciarnos las primeras viandas desayunadoras y empezamos la ruta liverpuliana. Aunque podemos ir al centro en diversos y, relativamente, baratos sistemas asistidos de transporte preferimos ir en el coche de San Fernando para empaparnos de la realidad que nos rodea. El día está fresquito pero con una chaquetilla fina podemos subsistir. Vemos muy pocos lugareños y con los pocos que nos cruzamos van con ropa deportiva y muy rápidos.

Pasamos por una pequeña iglesia que sirve de centro de asistencia para personas necesitadas que parece poblar este distrito y que presenta muchas cosas de segunda mano.

Llegamos a la catedral de Liverpool, un lugar muy curioso que recomiendo visitar a la población católico apostólica y romana, es centro de plegarias pero también hay una tienda, varios locales de restauración, algunas exposiciones y (aquí la gran sorpresa) unos andamios a 40-50 metros de una de las entradas de la catedral desde donde se descuelgan animosos voluntarios haciendo unos de los ràpeles más curiosos que he visto nunca con una gran claca esperando su descenso. No iría mal que las tradicionales y recalcitrantes costumbres religiosas se fuesen reciclando y actualizando...

A partir de aquí la afluencia de habitantes locales, turistas, restaurantes y comercios empieza a proliferar.

Restaurantes de muy diferente origen, libaneses, mexicanos, italianos, españoles, hindúes... Pero acabamos en un local más lugareño donde después de esperar media hora descubrimos que hemos de pedir en la barra, bueno no hay prisa, no hay que ponerse nervioso ni en vacaciones ni en ninguna otra situación. Una foto de la entrada de Chinatown:

Calles céntricas con artistas callejeros, acróbatas a los que por un momento nos planteamos vacilarles con un pilar casteller de 3, pero por suerte desistimos, músicos de diferente índole como unos rumanos con canciones muy animadas y variadas o un cantautor (David Kaho) muy bueno y bien sonorizado... Aquí ya ves mendicidad como en cualquier gran ciudad. Y como sorpresa un colorido techo en una calle al estilo de los barrios de Sants o Gracia en fiestas.

Liverpool no es una ciudad superturística ni tampoco tiene grandes atractivos pero si que tuvo un patrimonio único, los Beatles. Empezaron sus andaduras musicales en un pequeño local que todavía se conserva, The Cavern Club, donde hicieron su primera actuación el 9 de febrero de 1961. Hasta al 3 de agosto de 1963 harían 292 actuaciones en este local subterráneo.

Ringo, John, Paul i George están omnipresentes en pinturas, tiendas, estatuas... Y en la propia atmósfera urbana.

Pero quizás la cosa que nos ha sorprendido más de todo lo que hemos visto es la profusión callejera de despedidas de solteros y solteras con sus típicas imaginerías al uso (muñecos hinchables, penes en diferentes formatos, disfraces desdignificadores...) Parece ser que Liverpool atrae a públicos de otras ciudades (incluso de Manchester) por su tradición juerguista y sus precios bajos. Empiezan a beber al mediodía, por lo que a las 7 de la tarde ves una gran animación en todos los antros musicales y unos estados etílicos desarrollados.

Vemos un par de escenarios abiertos al público con actuaciones musicales, nos quedamos a ver un dúo de "jovencitos" de cuerdas que tocan canciones inglesas pero también de otras procedencias como Molly Malone.

Nos acercamos al puerto, concretamente empezamos por Albert Dock:

Caminamos por el paseo marítimo lleno de puestecitos de comidas, de feria y algunas atracciones bestias como unas sillas altísimas donde Mar y Biel no pueden resistirse a subir:

Volvemos a utilizar el medio de transporte más sostenible (a pie) para volver a nuestro hospedaje pasando por la original Catedral Metropolitana:

Haremos pasta para cenar, visualización de la sexta peli de Harry Potter (mañana visitamos Alnwick Castle, escenario de varias escenas de la saga) y a dormir pronto que mañana será un día intenso, ya veréis...

Good night!