agost 14, 2025

Lofoten

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13-14

Desde que hemos dejado Tromso, se suceden diferentes paisajes entre fiordos y montañas, nos dirigimos al interior para después recuperar la costa. Aquí la zona más montañera:

Y aquí la de fiordos.

En algunos de ellos vemos cercados circulares en su interior que son piscifactorías.

Circulamos por carreteras de curvas en las que difícilmente puedes pasar de 60km/h y donde se alterna con mucha frecuencia túneles y puentes altos por los que puedan pasar grandes barcos.

Es muy difícil plasmar la belleza y complejidad de estos paisajes. Son muy singulares. En pocos lugares del mundo hay parecidos.

También nos encontramos con muchas obras para arreglar carreteras, ampliar carriles o arcenes, puentes en construcción, etc. Aquí parados en un semáforo ya que sólo había un carril útil por el nuevo asfaltado.

En algunas carreteras hemos visto estos rostros medio desfigurados. Creemos que es una campaña de seguridad en la conducción. No estamos seguros.

Paramos a comer unos bocatas de tortilla en una pequeña área de servicio. Nos divierten los pictogramas que intentar fomentar su buen uso.

Llegamos a las Lofoten, archipiélago y distrito de Noruega situado en la provincia de Nordland, por encima del círculo polar ártico. Los cielos se van encapotando y poco a poco la lluvia arreciando.

La combinación de montañas, fiordos, lagos, vegetación… hacen que los paisajes sean casi mágicos

Llegamos a Svolvaer, la capital de Lofoten. La lluvia nos impide un paseo correcto para conocerla bien. Como veis en la siguiente foto, no parece importarle mucho a las tres pequeñas del grupo.

Aquí esperando que pare de llover (cosa que no sucede).

Posteriormente visitamos el supermercado más cercano que es bastante grande aunque nos resulta extraño ver más chuches que comida consistente.

Seguimos la ruta hacia nuestro nuevo alojamiento. Está en el municipio de Kleppstad pero nos cuesta encontrar la dirección correcta ja que son casa nuevas que el Google Maps no ha registrado todavía y el enlace que nos mandaron nos envía al mar.

Después de algunos kms y risas de más, llegamos. ¡Vaya sitio chulo! Lástima que hace mucho viento y sigue lloviendo.

Por dentro es una auténtica fantasía, mirar su comedor con vistas:

Su jakuzzi calentito exterior.

Y para nuestro regocijo faunístico, nos reciben un grupo de perdices nivales (Lagopus muta). Eran siete jóvenes con su madre. Las pequeñas:

Y la mamá vigilante:

Comemos pescado y ensalada. Algunas lecturas, algún juego, algunas conversaciones con personas lejanas y nos disponemos a descansar mientras el sol de medianoche se resiste a ocultarse. Lástima de las nubes que todavía quedan.

Til i morgen!

Nos despertamos con la misma molesta claridad que impera bien pronto, recogida y a seguir ruta. Vamos a seguir conociendo este rincón de Noruega que parece que “quita la respiración”.

Una foto “mormónica” antes de marchar.

Primera parada: playa Rorvika.

Seguimos ruta, no sabes para dónde mirar.

Puente hacia Henninsvaer

Entrada al pueblo que reside en dos islas.

La foto desde una de ellas hacia la otra.

Y aquí desde el puente que las une:

Por la calle principal.

Al final del pueblo donde está el campo de fútbol y muchas estructuras de maderas que servían para secar el pescado.

Seguimos la ruta con bellas estampas.

Y llega uno de los momentazos del viaje. Hasta ahora solo habíamos visto alces en las señales de tráfico que advirtien de la presencia de fauna y, por fin, gracias a la agudeza visual de Juanki y la presteza conductiva de Cris, podemos fotografías este gran animal de frente y de perfil.

Seguimos itinerario, aquí más lentos para respetar a estas bicis que nos anteceden en un túnel que pasa por debajo de un fiordo.

En varios pueblos hemos visto casas con techos a la vieja usanza, con zona verde que protege climatológicamente.

Otro casas, otros entrantes de mar.

Otro paisaje y un figurín.

Nusfjord, un pueblo-museo de pescadores donde comemos pizzas.

Otro playa con picachos al fondo


El pueblo de Hamnøy

Sakrisøy

Emprendemos el Reinebringen, un paseito para salvar en muy poco recorrido más de 500m mediante casi 2.000 escalones para ver desde arriba los pueblos de Hambøy, Sakrasøy y Reine. Una subida dura que se dificulta por la presencia de la persistente lluvia pero que la recompensa compensa sobradamente, juzgad vosotros:

Y aquí los tres valientes que subieron:

La bajada da bastante vértigo.

Ultimo pueblo de Lofoten y primero del diccionario: Å, otro pueblo con encanto. Aquí con el cartel que lo acredita:

Llegamos con mucho tiempo a embarcar en Moskenes en un ferri que nos llevará a Bodo en 3:15h. Hoy haremos una noche muy parecida a la solar polar.

Lofoten nos ha maravillado. Es un lugar excepcional como pocos.

Mañana seguerimos la aventura.

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1 Comentari de “Lofoten”

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