Qué gusto levantarte y ver este paisaje. Desayunamos compartiendo mesa con una familia israelita y salimos del hotel Costa Verde poco después de las 8h. La entrada al Parque Nacional de Manuel Antonio está a 5 minutos. Unos metros antes de la entrada un montón de guías y parqueadores no oficiales intentan camelarnos. Paramos cuando vemos un miembro oficial del parque y nos agenciamos un excelente guía, Wilbert (Cacho para los conocidos) que, como todos los guías, lleva al hombro un útil catalejo.
El Parque nacional cuenta con un plan de desarrollo turístico sostenible con el que se procura proteger su biodiversidad y orientar mejor su desarrollo, vamos, como cualquier parque, pero eso no impide que por los caminos haya una alta intensidad de turistas y guías. Muy diferente que Corcovado pero no por ello menos interesante.
Nada más empezar el recorrido nos reencontramos con una familia de murciélagos tendederos.
En una flor de heliconia observamos un cangrejo que se alimenta de su polen.
Por la tierra podemos ver una profusión de cangrejos rojos que viven a distancias de hasta 1km del mar donde ocasionalmente van a desovar.
Unas larvas de mariposa.
Se nos cruza una mariposa Morpho azul, bellísima, de un azul celeste brillante y tamaño XXL, emblema de este país y dificil de fotografiar.
Encaramada a una rama, una Iguana verde.
Este parque es una de las grandes atracciones de Costa Rica por su concentración de especies y facilidad para verlas. A diferencia del bosque primario de Corcovado, ha sido más alterado a lo largo de las últimas décadas. Por ejemplo vemos hermosos mangos o bambús procedentes de Asia aunque son minoritarios.
Entre los árboles originarios está la palmera erizo con largos y afilados pinchos. Los únicos animales que aprovechan sus frutos son algunos primates que los alcalzan desde árboles cercanos.
Y el guayabo, un árbol que elimina enseguida su corteza para evitar que cualquier planta intente usarlo para su residencia.
Os explicamos que ayer pudimos ver el perezoso de dos uñas y de semblante perruno.
Hoy nos encontrarnos (¡dos veces!) con ejemplares de tres uñas y de cara más sonriente. Nos encanta este animal, quizás por su lentitud o por su ternura...
Es un animal que come hojas. Su alimentación se basa, esencialmente, en las hojas del árbol cecropia. Su digestión es muy lenta al disponer de un estomago complejo de 4 cavidades. Eso provoca un metabolismo y unos movimientos costosos. Pueden vivir hasta los 33 años y es todo un símbolo de este país que encuentras en muchos objetos, logotipos, murales...
Los podemos ver con gran detalle. Os dejamos fotos...
Una iguana negra.
La araña de vientre amarillo.
El colibrí hada del bosque.
Después de 2 horas de intenso paseo, nos damos un baño en una de las playas que hay dentro del parque, playas de ensueño y con alguna iguana al acecho.
Por el recorrido de retorno del parque nos encontramos al basilisco común. Un animal muy divertido cuando corre pues lo hace a dos patas.
Y los sinvergüenzas monos de cara blanca, famosos por pispar utensilios o comida de los visitantes.
Aquí uno descansando...
Dentro del parque hay diferentes hàbitats, éste es un manglar, zona inundada, emmarañada de raíces de los árboles. El tránsito se realiza por una pasarela.
Y ya saliendo del parque nos encontramos esta bella y altiva iguana.
Después de estos tres días intensos nos proponemos relajarnos en lo que queda de día. Aprovechamos que la habitación tiene cocina y, tras hacer la compra en el súper, comemos sopita, burguer vegetarianos, huevos, queso... aquí muchas cosas son de importación por lo que los precios no son nada baratos. A Costa Rica le llaman la Suiza americana, parece que en los precios coinciden un poco...
Empezamos a escuchar unos ruidos estruendosos desde nuestra habitación, resultan ser unos monos aulladores. 5 o 6 monos se estan peleando por alguna razón.
Qué lujo de balcón. Jugamos a cartas, un poco de lectura, algun episodio de series y a dormir.
Bona nit!