Hoy nos levantamos a una hora prudente y siendo espectadores de la actividad frenética de las aves “residentes” en el resort.
Un pájaro martillo pillando un cangrejo.
Nos sorprenden los cantos estridentes de los pájaros martillo. Se han congregado para poner rienda suelta a sus actividades sexuales. Los machos suben a las lomas de las hembras y juntas sus colas en actos rápidos.
!Que fotogénico es el Kingfisher!
El Lago Victoria es el lago de agua dulce más grande del continente africano y el segundo más grande del mundo, así como una de las principales fuentes del río Nilo. Sus aguas se comparten entre 3 países: Uganda, Tanzania y Kenya.
A lo largo de la historia, este majestuoso gigante de agua ha sido navegado por muchos exploradores conocidos en busca de las famosas fuentes del Nilo.
3 barcas serán los vehículos que utilizaremos para conocer algunos de sus rincones.
Vamos bordeando el margen del lago y constatando la gran actividad humana que congrega el río, hombres pescando, mujeres lavando roba, niños jugando, personas bañándose…
Son muy interesantes y variadas las formas de pesca y las naves que se utilizan. La técnica que veremos ahora consiste en golpear la superficie lagunar para atraer a los peces.
Un pequeño velero de faena.
Esta patera con una curiosa tripulación.
Seguimos navegando hasta las Bird Islands, Mbsa y Moholo, las islas con más densidad de aves de todo el lago. Aquí lo podréis apreciar. Una gran cantidad y variedad de especies: martín percador, garza, garceta, cormorán, una especie de golondrina…
En estas islas hay una gran población de Varanos del Nilo, grandes reptiles, ágiles y todoterrenos: nadan, trepan y corren.
Desembarcamos en un pueblo de pescadores de la isla de Mfangano. Hombres recogiendo las redes.
Mujeres lavando ropa.
La mayoría de tejados (y aquí también las paredes) son de chapa de cinc. Puede que en la parte central y soleada del día proporcione temperaturas más altas pero, por lo general, en esas horas las actividades humanas se hacen fuera. Dentro de las casas hay muy pocos enseres y entretenimientos y además comparándolos con los antiguos tejados, no necesitan mucho mantenimiento y evitan la residencia de pequeños animales.
Una pequeña travesía por la isla bajo un sol de justicia y acompañados por unos cuantos habitantes locales de pequeña estatura.
Y otros seres vivos.
Una vista desde la parte alta.
Llegando a Takawiri, un “oasis” turístico.
Un breve y refrescante baño.
¡Que gran cantidad y variedad de aves vuelan a nuestro alrededor! Os dejo alguna muestra.
Un tejedor en su nido. Lo construye el macho, si la hembra le da el visto bueno lo ocuparán, si no está conforme, el macho tendrá que currárselo de nuevo.
Dando de comer al “pequeñín”.
En este rincón del lago, existe una gran población de Milanos negros que cazan peces y otras pequeñas criaturas terrestres.
Su majestuoso vuelo.
Los pequeños “Sunbird” similares a los colibríes en su morfologia y régimen alimenticio pero no en su forma de volar.
Ibis sagrado.
3 peces gato pescados y Raúl y Varis relajados.
Nos despedimos de este fantástico enclave para volver a nuestro alojamiento.
Tendremos la tarde libre para realizar diversas actividades opcionales, muchos optan por descansar, otros por leer, alguno para darse un baño…
Y Luis por conocer la fauna salvaje en su propia habitación, aquí veis un delgada pero larga culebra trepadora que interrumpió su merecido relax.
Se mueve y se para en el techo. Después de varias intervenciones infructuosas y poco profesionales para saber donde se había escondido, se administró un producto agresivo que la hizo salir y, así poderla sacrificar y restaurar el sosiego a la persona hospedada.
Y no será el único ser no invitado que se mete en las habitaciones pobladas de muchos geckos y, en el caso de las chicas, de un murciélago.
Una timba de cartas, un poco de intercambio cultural mientras el sol cae.
Al estar cerca del ecuador, el sol baja muy deprisa.
Por la noche, los pescadores locales encienden una gran cantidad de candiles sobre boyas en el lago que atrae a insectos que a su vez atraen a peces y después, los pescadores van pasando con sus barcas recolectando las inocentes presas.
Un sapito nos da la bienvenida en la puerta de la habitación.
Y a descansar!