En el autocar hacia Stone Town (capital de la isla y Patrimonio de la Humanidad) sí que podemos hacer una foto más digna de todo el grupo.
Como comentamos en la anterior entrada del blog, hay un caos importante para entrar al centro histórico de Stone Town. Pequeños medios de transporte como motos y bicis y otros medianos como tuk tuks se entremezclan con los grandes haciendo sonar el timbre (el que lo tenga) para hacerse paso, lo cual añade una sinfonía de sonidos ininterrumpida.
Después de andar los 100 metros desde donde nos ha dejado el miniautocar, nos instalamos en el Maru Maru, hotel supercéntrico. Se trata de un alojamiento con encanto, tipo Riad y decoración local de estilo swahili.
Dejamos las maletas y Noa, Cris y yo vamos a callejear para empezar a sentir que estamos en una ciudad singular, muy turística, con gran valor histórico. Una de las características más especiales que posee es el conjunto de puertas talladas en madera, verdaderas exquisiteces de la artesanía. Después de entrar en algunas de las tiendas y adquirir un bao (juego tradicional tanzano de madera), nos dirigimos al puerto.
Antes, hacemos una foto a pie del fuerte, un recinto donde hay gran cantidad de tiendas y que contiene un gran patio y un anfiteatro que se utiliza para diferentes fiestas y celebraciones. Muchas de las fachadas se ven oscurecidas por la salinidad de la atmósfera y la escasez de mantenimiento.
Nos acercamos al malecón donde podemos convivir con un creciente gentío de todo tipo pero, sobre todo, autóctono.
Aquí un par de mujeres muy tapadas y dos jóvenes más inactivos.
Una de les actividades mediáticas que capta más la atención de les personas que pueblan el malecón a estas horas es la de los saltos de jóvenes al mar mientras el sol va cayendo.
Nos sorprende el ejército de gatos que deambulan por toda la ciudad. Como podéis ver en esta instantánea, sin mucho estrés.
Volvemos al hotel ya que nos vamos a dar un chapuzón en la piscina de la azotea antes de que anochezca del todo.
Terminaremos el día con una cena de buffet en el restaurante del hotel que también se encuentra en esta última planta del hotel Maru Maru. Al mismo tiempo que cenamos un chico y una chica cantan, con la ayuda de un órgano eléctrico, todo tipo de canciones melódicas al principio y más moviditas al final. Nos "deleitan" con diversos hits "tanzanos" como el Aserejé y la Macarena que aprovechamos todo el grupo para montar nuestra fiesta particular. ¡Momentazo simpático!
Algunos toman alguna copa y nosotros la decisión de descansar. Todavía arrastramos mucho cansancio.
Último día de viaje en tierras africanas: viernes 16 de agosto.
La noche ha resultado, acústicamente, muy activa. Por un lado los intensos cánticos musulmanes a las 5h de la mañana y por otro los movimientos de muebles y enseres de la cocina y el comedor que tenemos justo en la planta de arriba han convertido nuestro descanso en una actividad intermitente. De todas maneras nunca las cosas son totalmente negativas o totalmente positivas, pues ha resultado que he aprovechado para hacer el "check in" del primer avión habilitado desde las 3h y que, como veréis posteriormente, tendrá una consecuencia muy no positiva.
Hemos quedado a las 9h con Kingo, guía tanzano que nos acompañará en un recorrido por el laberinto de callejuelas y nos aleccionará sobre la historia, la cultura y la arquitectura de la capital zanziberiana.
Stone Town tiene un censo poco preciso de sus, aproximados, 7.000 habitantes, población que, por un lado, crece ya que se suele tener unos 5 hijos por familia pero, por otro lado, decrece porque sus pobladores marchan del centro a causa del turismo y sus precios. Todo esto causa el crecimiento del suburbio y el caos circulatorio. Algo así como la gentrificación turística, fenómeno muy común, por desgracia, en muchos otros destinos turísticos.
El origen del nombre de la ciudad proviene de la original piedra utilizada en las paredes de los edificios, concretamente: coral muerto del fondo de sus costas.
La mayoría de calles no tiene un nombre concreto, cosa que disuade desarrollar un sistema de correos puerta a puerta y obliga a que las personas tenga que tener un apartado donde recoger las misivas.
Una de las características interesantes de esta ciudad es la talla y distinción de las puertas de sus edificios. Algunas son verdaderas obras de arte.
En las próximas puertas resaltan los "pinchos" dorados y/o las cadenas talladas en el perímetro. En toda la isla se aprecia la herencia india como, por ejemplo, respecto a estos "pinchos" que en India se utilizan como sistema defensivo contra los elefantes (aunque aquí el animal más grande es el mono) y las cadenas para ahuyentar los malos espíritus.
Esta puerta con “ribetes” dorados pertenece a un mezquita chiita.
En todo el casco histórico hay unas 40 mezquitas pequeñas que no suelen tener minaretes. Ninguna de ellas podremos visitar por dentro.
Como hay muchas personas en edad de educación obligatoria (hasta los 16 años), las escuelas tienen que hacer dos turnos, mañana y tarde con alumnado y profesorado diferenciado. Todos los niños y adolescentes tienen que asistir con uniforme a la escuela que es del mismo color para todas las escuelas públicas. En este caso vemos algunos niños fuera de la escuela entreteniendo a algunos turistas.
En la economía de Zanzíbar destaca el sector de la producción de especias. Una de las visitas obligatorias en su capital es el Mercado que, además de estos productos, se comercializa con todo tipo de alimento.
Aquí podemos ver plátano "trompa de elefante" que hace referencia a su gran tamaño.
Variedades de pimientos.
Hortalizas.
El sector cárnico.
Volvemos a las calles comerciales. En esta foto podemos ver mujeres preparando género textil.
En esta país, y más en esta isla, existe gran diferenciación entre los roles masculino y femenino. El guía, más en serio que en broma, nos comenta que las chicas se entretienen 5 días viendo películas de Bollywood y los chicos 2 días fútbol. Se sigue muchísimo la liga inglesa pero también la española.
Nos dirigimos al East Africa Slave Trade Exhibition. Un museo-vestigio de la comercialización de esclavos que tuvo en Zanzíbar un ciudad clave. Se calcula que por esta ciudad pasaron 300.000 esclavos. Personas de todas las edades eran reclutadas obligatoriamente, engañadas por promesas mentirosas o prisioneras de trifulcas internas. Procedían de países del Este de África y se destinaban a diferentes países del mundo, sobretodo de Asia.
Dentro del recinto se encuentra la Cathedral Church Of Christ. Aquí una curiosidad: los operarios que pusieron estas columnas no siguieron bien las indicaciones del arquitecto inglés, lo cual causó su instalación invertida.
Seguimos la visita por la estatua simbólica de este triste pasaje de la historia.
No todas las personas que se reclutaban llegaban a ser esclavos, muchos sucumbían a las duras condiciones de transporte desde su origen a su destino final. Llegaban sólo los más fuertes.
Antes de ser vendidos los “almacenaban” (hasta 50 personas) en estos inmundos cubículos.
Algunos exploradores europeos, como David Livingstone presionaron al Imperio Británico para detener esta práctica que ellos mismos habían iniciado en el Atlántico desde mediados del siglo XVI. Durante el siglo XIX concurrieron diferentes iniciativas políticas para abolir la práctica de la esclavitud pero no fue hasta 1834 cuando se convirtió en ilegal en todos los territorios de dominio británico.
Sin embargo, en Zanzíbar continuó esta lamentable práctica ya que era una isla con protectorado británico pero dirigida por sultanes omaníes que tenían un negocio muy lucrativo con la venta de esclavos en Oriente Próximo. Continuaron ejerciendo la venta de esclavos; y no fue hasta en 1909 que se abolió por completo la esclavitud otorgando una ley a los esclavos para convertirse en libres de toda propiedad.
Uno de los mercaderes de esclavos más importantes de Zanzíbar fue Tippu Tip (1837-1905). Hijo de un comercial swahili de la ruta comercial hacia el interior del continente y de una mujer omaní miembro de la clase acomodada de Zanzíbar, controlaba un amplio territorio en África Oriental y Central. Durante el final del siglo XIX, Tippu Tip estableció uno de los monopolios más importantes de venta y compra de marfil, lo que lo convirtió en uno de los hombres más poderosos de Zanzíbar. Cuando murió en 1905, se calcula que tenía alrededor de 10.000 esclavos trabajando para él y para sus negocios. Aquí, la casa donde vivió.
Seguimos el trayecto educativo pero como ya se está alargando me detengo en un Barata (Swahili) o Daka (árabe) que son los poyetes que se encuentran en muchas calles. Kingo nos explica que tradicionalmente, los utilizaban los hombres mientras esperaban a mujeres que entraban a las casas a visitar familiares o amigos.
Nos llama la atención los precarios andamios de madera de madera de manglar y cuerdas.
Una selfie por el camino.
Un edifico “alto” con fornituras. Esta clase de edificios suelen ser, casi todos, hoteles.
Pasamos por la casa donde vivió Freddy Mercury que actualmente es un museo en su honor. Este genial cantante nació en Zanzíbar pero residió muy poco tiempo.
La Notre Dame de Zanzíbar construida a iniciativa de una familia apoderada portuguesa.
Y acabamos el recorrido en el restaurante de Africa House edificio que tiene una balconada preciosa para ver la puesta de sol. En nuestro caso nos relajamos y permanecemos un par de horas mientras tomamos algún refrigerio y algún condumio.
Nos retiramos a nuestro hotel, un bañito en la piscina, un descansito y a seguir explorando la ciudad. Volvemos al malecón donde los jóvenes realizan saltos al mar con piruetas.
Estampa típica de los jardines de Forodhani.
No podemos despegarnos del hipnótico espectáculo solar. Aquí una familia musulmana. Su vestimenta (el gorro y las túnicas) nos informan que son una familia practicante.
Otra familia, ésta foránea.
Como cada tarde, la actividad gastronómica en este lugar va aumentando cuando se acerca la noche. Un montón de puestecitos con manjares apetitosos pero poco recomendables para el personal alóctono.
Nos vamos a “recoger” pero antes pasamos por el Fuerte donde se está realizando una ceremonia religiosa que se asemeja más a una actuación musical por la gran cantidad de cantantes y la potencia de su equipo de música la de las gargantas de los cantantes principales. Nos quedamos embobados. Algunas personas del escenario y del público están en trance total. Espectacular.
Cenamos súperbien en “Sharazad the Door” y nos dirigimos al hotel donde, después de un pequeño relajo, nos despedimos de Zanzíbar a las 12h de la noche con la ayuda del miniautocar.
Cuando estamos en la fila para recoger las tarjetas de embarque vemos como un gran grupo de personas retornan pesarosamente. El “Overbooking” ha dejado fuera a más de 50 personas. Gracias a que nosotros (todo el grupo de 20) habíamos realizado el “Check In on line” no tenemos problemas. ¡Uf! ¡Otra dificultad salvada! Parece que en este viaje nos sale todo rodado.
Después de un vuelo de más de 7 horas llegamos a Estambul donde nos despedimos de los madrileños y las vascas.
Los 8 y José y Silvia (que viven en Cerdanyola) hacemos una escala de 4h y embarcamos en el segundo vuelo de 3,5h para llegar a Barcelona.
¡Qué gran viaje! ¡Qué grandes momentos! Y además compartido con grandes personas. Más no se puede pedir. Ha sido un sueño hecho realidad que espero, estimados lectores, que os haya gustado y que lo hayáis sentido con la intensidad, ilusión y placer que nosotros lo hemos vivido.
Pero antes de despedirme quiero recordar a los 8 principales actores y actrices protagonistas de esta maravillosa aventura.
Leyre, la pequeña del grupo. ¡Como estás creciendo! ¡Que no te pare nadie! ¡No dejes de explorar todos los países que tienes en tu lista!
Mar, la “impulsora” de visitar estos países africanos y “alegría de la huerta” por sus intensas iniciativas y complicidad con los demás miembros del grupo. ¡Nunca bajes la guardia! ¡Las personas que te rodean nunca dejarán de quererte!
Martina y Mónica: ¡Qué buenas personas sois! ¡Qué gran placer haber compartido con vosotras este viaje! Espero seguir compartiendo mi vida con vosotras, como mínimo, 33 años más con Mónica y 19 con Martina.
Noa: Eres una gran viajera, culta, tolerante… ¡Qué orgullosos estamos de ti! ¡Y que gran provenir puedes tener si confías plenamente en tus capacidades! Recuerda siempre la filosofía que este lugar nos ha impregnado: cuando las cosas salen mal: ¡Hakuna Matata!
Juanki: !Que bien me lo he pasado contigo! !Nos unen muchas cosas! ¡que el tiempo las conserve! Sabéis que son dos másais en Murcia…: ocho.
Cris: Necesitabas este gran viaje para desconectar de las visicitudes estresantes y coincidentes antes del viaje.¿Cuánto hemos acordado? ¿22,5? No sé… quizás hay que revisarlo pero de forma creciente.
Y este soy yo, producto de hacer el blog por la noches en lugar de dormir pero supersatisfecho de poderlo dejar para la posteridad. Los viajes son nuestra pasión y poderlos revivir es un placer casi tan grande como vivirlos en directo.
Y hasta aquí hemos llegado.
¡Hadi wakati mwingine!